La fiebre tifoidea, tifus o fiebre entérica, es una infección causada por la
bacteria Salmonella typhi, aunque en ocasiones puede deberse al
bacilo de Eberth o raramente a Salmonella paratyphi tipo A, B y C.
La Organización Mundial de la
Salud estima que ocurren 17 millones de casos por año y 600,000 defunciones en
los países en desarrollo. En los países industrializados se registran casos
esporádicos importados (viajeros, inmigrantes) y brotes, habitualmente
relacionados con un manipulador de alimentos portador crónico.
Afecta únicamente al ser humano
debido al consumo de alimentos contaminados y
se manifiesta con fiebre, agotamiento, dolor abdominal, erupción rosada en la piel (lo que lleva el nombre de Roséola), diarrea y deshidratación,
asi mismo puede originar complicaciones
graves como perforación intestinal y enterorragia.
Esta bacteria sobrevive durante varias semanas en agua, hielo, tierra,
excretas desecadas y ropas, mientras que en líquidos cloacales, dura alrededor
de una semana.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP),
la fiebre tifoidea representa la
causa más común y severa de fiebres entéricas en casi todo el mundo.
La
fiebre tifoidea continua siendo un problema significativo de salud publica en
los países en desarrollo, de acuerdo a un boletín estimado por la organización
mundial de la salud de mayo de 2004, en el cual comenta que se puede estimar
que anualmente ocurren más de 21 millones de casos de fiebre tifoidea, con más
de 200,000 muertes por año.
La susceptibilidad de la enfermedad es universal y está incrementada en
las personas con aclorhidria gástrica o inmunodeficiencia. El período de
incubación promedio de la misma es de 7-14 días (rango 1-40 días) y estaría
relacionado con la dosis inoculada.
La presentación clínica de la enfermedad puede ser variable, presentándose
desde una forma leve con fiebre y malestar general hasta una forma grave con
sintomatología abdominal y múltiples complicaciones. No obstante existen
factores que influyen en la evolución de la enfermedad como; duración de la
enfermedad antes del inicio del tratamiento, elección del manejo
antimicrobiano, edad, exposición previa al agente, historia de vacunación,
virulencia de la cepa bacteriana, cantidad del inoculo ingerido, y factores del
huésped.
Las complicaciones se presentan en la tercera semana, como: hemorragia
(5-10%) o perforación intestinal (1%) por ulceración de las placas de Peyer, y
en otras localizaciones como pleuropulmonar, sistema nervioso central,
osteoarticular, cardiovascular.
Aunque la clínica y
los antecedentes epidemiológicos son útiles, el diagnóstico se basa en el
aislamiento de la bacteria Salmonella typhi, fundamentalmente en los
hemocultivos que suelen ser positivos en la primera semana en el 90% de los
casos, perdiendo sensibilidad con el paso de los días (50% en la tercera
semana). Al contrario del anterior, el
coprocultivo y el urocultivo suelen ser negativos en la primera semana y terminan siendo positivos en
el 75% de los casos en la tercera semana.
El diagnóstico
serológico cada vez se utiliza menos por su baja sensibilidad y especificidad.
Puede ser útil en aquellos pacientes en los que se sospecha la enfermedad y que
han tomado antibióticos antes de la toma de hemocultivos siendo éstos
negativos; Títulos de anticuerpos tipo Ig M anti-O superiores a 1/640 o aumento
de valores de títulos basales en 4 o más veces tienen valor diagnóstico.
Es importante
comentar que durante la era preantibiótica la enfermedad tenía una mortalidad
del 15%. Actualmente por otra parte su mortalidad no pasa del 1% en países de
nivel socioeconómico adecuado y puede oscilar entre el 10 y el 30% en áreas de
Asia y África, dependiendo de las cepas multirresistentes, las deficiencias
sanitarias y, sobre todo, del retraso en el inicio de la terapia antibiótica.
Tratamiento
Pautas antibióticas más habituales del tratamiento de
la fiebre tifoidea:
Pautas de elección:
·
(Adultos: ciprofloxacino 500 mg por vía oral
cada 12 horas durante 10 días).
·
(Mujer embarazada: amoxicilina 1 g por vía oral
cada 4-6 horas durante 14 días).
Pautas alternativas:
·
Ceftriaxona: 2 g por vía intravenosa o
intramuscular cada 24 horas durante 10-14 días
·
Cefixima: 400 mg por vía oral cada 24 horas durante
10-14 días
·
Amoxicilina: 1 g por vía oral cada 4-6 horas
durante 14 días
·
Cotrimoxazol: 160/800 mg por vía oral cada 12
horas durante 14 días
·
Azitromicina: 1 g por vía oral cada 24 horas
durante 5 días.
·
Pautas de tratamiento del estado de portador crónico
·
Ciprofloxacino: 750 mg por vía oral cada 12
horas durante 4-6 semanas
·
Amoxicilina: 1 g por vía oral cada 6 horas
durante 4-6 semanas
El período de convalecencia es prolongado y pueden presentarse durante
el mismo, astenia psicofísica, caída del cabello y polineuritis. La letalidad de
la enfermedad es del 1 % con tratamiento oportuno y del 10-20 % sin el tratamiento.
La atención es hospitalaria durante el período de estado y corresponde el
cumplimiento de las precauciones y aislamiento entérico. Si el paciente está en
su hogar se debe cumplir con las mismas indicaciones.
Dr. Esaú Jesús Ramón Solorio Sillas
Médico Cirujano y Partero
Universidad Guadalajara Lamar.
Recuerda nuestra
Asesoría Médica, llama al 01 800 111 8111 para orientación o
visita: http://goo.gl/tiWCo
No hay comentarios:
Publicar un comentario